Masificando los medios de pago
TOMÁS FLORES Economista, Libertad y Desarrollo
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TOMÁS FLORES
Durante junio pasado la actividad del comercio creció en 46,4% en 12 meses, explicando cerca de cuatro puntos del incremento total de 20,1% del Imacec. Este sustancial aumento, bastante inusual en el contexto mundial, está apoyado por el impulso fiscal y los retiros de los fondos previsionales. Ahora bien, este incremento del consumo de familias se ha canalizado a través de un mayor uso de medios de pago electrónico y es así como el gasto con tarjetas creció en 77,5% en el segundo trimestre, cifra récord de los últimos 20 años de registros. Este sustancial incremento se subdivide con la variación de +38% en tarjetas de crédito, +102% en tarjetas de débito y de +402% en tarjetas de prepago.
Sí, leyó bien: +402%.
Las tarjetas de prepago son un nuevo medio de pago de reciente creación en donde personas que probablemente no están bancarizadas logran tener la posibilidad de poder realizar compras, físicas y virtuales, en Chile y en el extranjero. En estos nuevos servicios hay diversos actores, como el banco BCI y su tarjeta Match, el Banco Santander y su tarjeta Superdigital, Coopeuch y su tarjeta Dale y varios más que se van agregando día a día. Son fáciles de usar y les dan a muchas personas la posibilidad de realizar transacciones que antes les estaban vedadas.
Sin embargo, hay problemas para su uso y es así como supermercados Líder -Walmart en Chile- no acepta estas tarjetas, porque señala que es muy cara la comisión que le cobran y prefiere que le paguen en dinero en efectivo. El resto de los supermercados las acepta con las condiciones vigentes.
Pues bien, durante muchos años ha existido discusión sobre dichas comisiones, y es así como el gobierno y el Congreso finalmente aprobaron una ley en donde una comisión de cuatro expertos -uno designado por el Banco Central, otro por la Comisión para el Mercado Financiero, otro por la Fiscalía Nacional Económica, y un último por el Ministerio de Hacienda- tendrá a su cargo la labor de fijar, justamente, los límites de las tasas de intercambio, que es parte de la comisión pagada.
Dichas tasas de intercambio deberán ser fijadas en base al cumplimiento de los siguientes objetivos: “Establecer condiciones tarifarias orientadas a la existencia de un mercado de tarjetas competitivo, inclusivo, transparente y con fuerte penetración, y que asimismo considere el resguardo del eficiente y seguro funcionamiento del sistema de pagos minoristas”.
Es indispensable que esas tasas se encuentren fijadas correctamente para potenciar la adopción de los medios de pago electrónicos y solucionar los problemas que enfrentan millones de usuarios, que, por ejemplo, no pueden hoy ocupar tarjetas de prepago en una importante cadena de supermercados, debiendo usar alternativamente dinero en efectivo.
Así, es el momento de que se haga con mayor fuerza una definición de política pública orientada a promover que se prefiera el medio de pago electrónico dado que no sólo simplifica la vida al no tener que andar con dinero en efectivo, sino también abre un espacio a ese aumento de 402% que algo nos está diciendo.